Sunday, July 06, 2014

ALABADA JOYA DEL LOTO

OM MANE PADME HUM/// ALABADA JOYA DEL LOTO

1
Ella tiene catorce este verano. Está frente a él, igual que su madre lo estuvo a los catorce. No le importa gran cosa el mundo y ya sabe que al volver le dirán que está ladeada, que va a enflaquecer,. Ni siquiera le importa llegar a los quince. ojalá fuese cierto que el tiempo se detiene con el primer beso.
Está ahí todavía, lo mismo que el sol y el viento, infinitamente esperando, su mirada clavada en la boca de él, en una textura desconocida por sus labios, un sabor misterioso, un aroma exótico, a un palmo de la fantasía y la magia, en la puerta a un futuro sin tiempo, una superposición de instantes perfectos.
Ella tiene catorce este verano y él están de dieciséis, que se deja escurrir pura y diáfana entre la roca y el musgo. Cierra los ojos pero la verdad es que querría tener otros para para poder ver las llamas y fugares que envuelven los labios entrelazados en un beso perpetuo.


Verano en la atalaya del planeta. Aromas terrosos impregnan sus pálidas mejillas, sus párpados caídos; juventud acariciada por la brisa que pule los Himalaya. resuena el eco de las aguas precipitándose al vacío en los desfiladeros de Anapurna y Dhaulaghiri. Las vertientes humedecen los acarreos y las escarpadas laderas, se purifica el mantra y la susurrante plegaria en el Gompa. Estas aguas son el alma de los sabios ermitaños, en ellas se refrescan los yaks y el solitario tigre, escalón trás escalón descienden por las terrazas de cultivo, por laberínticos canales, regando la cebada y el mijo, escurriendo por las grietas y fisuras donde crece el helecho y el liquen, en la jungla impulsando al rododendro , en las lagunas acunando al loto.
En esta cordillera intacta, paraíso entre las cumbres inalcanzables, los angostos valles mesetas silenciosas; aquí se hacen sagradas las aguas porque cada hombre es una gota de agua contenida en un cáliz perfecto, un santuario infinito en el cual soplan los vientos ondeando las anaranjadas banderillas de oración, un montículo de piedras señalando el sendero del comprender, un templo donde el sol consagra sus más bellos colores, un camino absoluto hacia el amor, más allá de las nubes y el azul, más allá de la rueda del tiempo; hacia el río que besa las orillas de la vida y la muerte.

2
Bacium, bacium -repite- y se ve a si misma, joven mujer etrusca modelada en terracota con sus rasgos perfectos. Hermosa mujer que es Lesbia, que es Clodia en brazos de Valerio Catulo con los ojos cerrados y sumando miles de besos en una noche eterna como un poema.
Ahora es ella quien besa. Su interior convulsionado por mareas solares, la nueva verdad busca aflorar por su boca. los escalofríos electrizan su cuerpo de catorce que embiste delicadamente las costas masculinas. Un verano con los ojos cerrados, los labios entreabiertos y siempre húmedos, la mirada vuelta hacia un horizonte desconocido poblado por placeres mayores.


Dama de Pafos, doncella de Citerea tendida en la arena con sus senos inmortales acariciados por el céfiro o el ábrego.
Venus desnuda en su lecho duerme y sueña su último sueño de eternidad;por la puerta de Sarno entra a sus sueños una carroza invisible guiada por el presentimiento.
Un silencio absoluto reina en los jardines interiores del templo, el rocío resbala desde el compluvium a la pileta interior en el atrio. entre los adoquines de la Via de la Abundancia brotan pastos silvestres, todo es soledad y silencio. La lana se suaviza en los tanques de enjuague, el vino sedimenta en las ánforas esperando el bullicioso atardecer de las cantinas musicantes donde poetas narran fabulosas historias de héroes, viajes y riquezas.
Amanece y el sol ilumina pálidamente el Foro Triangular, las sombras que proyectan las columnatas del Templo de Jupiter dibujan una red de la que nadie escapará.
Venus agitada, siente al ardiente magma recorrer sus pasadizos interiores, la pasión de la tierra está en su límite último y ella, diosa protectora, despierta en el mismo segundo en que estalla la cabeza del Vesubio estremeciendo toda la Campania y las costas del Tyrrenum. se corona de llamas y vapores letales, la ira de Vulcano arrasa con valles floridos y ciudades. Cada ohmbre es sorprendido por una suerte inevitable, los dioses ensordecidos con el estruendo de las explosiones no escuchan los gritos de piedad.
Cayo Plinio en Estabias, Loreio Tiburtino en Pompeya, los Vettii, el panadero Modesto, el artista Julio Caelio de Herculano, todos fantasmas del Anfiteatro, sepultados por la ceniza o ahogados en lava hirviente.
Sobre la ciudad se cierne un cenit negro, más arriba en el éter nebuloso, Venus desconsolada abraza a Marte que observa el cráter sonriente por su deseo satisfecho.

3
Ella es otra, avanza lentamente por la vida con una luna creciendo en la mirada. da un paso y luego otro hasta acercarse a su sueño prófugo. Bebe en el sagrado cáliz los licores del gozo. Sumergida en la voluptuosa embriaguez de su deleite, espera al igual que la flor y la mariposa un beneficio de tiempo, un elixir de la juventud o un beso que sea su pasaporte definitivo.
Todos los caminos llevan a su boca, cerrar los ojos y hundirse en aquella espiral de ritmos voltaicos hasta su belleza primera. Un anillo de luz rodea el fascinante mundo de sus sensaciones, ritmo vital, palpitación frenética a veces, abrir los ojos y estar dentro, en el corazón del cielo.

Fragmento de "Historia Natural de los besos" 1989 

El resto de la narración se extravió en una bodega…

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