Wednesday, September 07, 2016

EL SUEÑO DE LA MUERTE

Exactamente ahora
bajo este cielo,
viendo fijamente algo,
un hombre muere.
Es o pudo ser
amigo de alguien,
fue o pudo haber sido
un pieza clave
en alguna historia.
Llevó o deseo llevar
consigo un secreto, un misterio,
un recuerdo, una memoria,
una respuesta en la
que se mezclasen
sus sueños, sus miedos,
su orgullo, sus deseos
más abyectos y silenciosos.
Un hombre muere
y una cadena infinita
de hechos y promesas
se rompen
transformándose en
el principio de otro fin.
Hay calles como trampas,
hay ciudades luminosas
como sembradíos de maravillas
hay cosechas abundantes
de muerte y riqueza
que esperan ser segadas.
Hay en cada vida
una guerra sin tregua
en la que nadie
cantará victoria.
La muerte,
forma dentro de la forma,
pretexto, causa y motivo
para ir por ahí
diciendo a cada hombre:
Bebe tu nombre y linaje,
come de tu cuerpo
y de tus hijos
que no serán,
ama el poema
que sin saberlo
y en lengua extraña
escribieron tus pasos
por la tierra.
Ser,
ha sido siempre,
la única prueba
de que nada existe.

NATURALEZA MUERTA

Si la vida fuese
una fruta madura,
un estado de belleza,
sensualidad y equilibrio
pendiente de una rama,
provocativa en su turgencia,
en su plenitud
húmeda y cárnea.
Un aullido fragante
y el recato y la elegancia
de una invitación
a la lujuria, el gozo
y el abismo sin muerte.
Si la vida fuese
el brillo con que la
luz del alba
hace destellar la fruta
en el árbol
y la metáfora de la
espera y el conocimiento.
Si acaso el viento
no la alcanzase
o su propio peso
no la derribara una tarde
hacia el fin del verano,
desmoronando con ella
la esperanza y la certeza
del afán en el mundo.
Si todo fuese más
que un instante,
una eternidad
de contemplación y deseo.
Ni aun entonces
ni por piedad
ni sabiduría
nos veríamos libres
del devenir putrefacto,
de la silenciosa
descomposición y tragedia
que contra todo azar,
voluntad y fortaleza
nos mantiene y alimenta
con su profundo amor.

Tuesday, September 06, 2016

ASUNTOS DE FE 2



La luz atraviesa
los vitrales
de la catedral,
penetra a la espesura
de la oscura jungla
agazapada y en silencio.
Baña algunos detalles
su agua de fuego
convertida en
tigre acechante.
Debe oírse con atención,
suena un órgano
acompañado
de una letanía susurrada
de rezos y miedos.
Cruje el piso de madera
del confesionario.
Junto al alivio
de la expiación,
crece la sensación
real y perfecta
de que este momento,
como todos,
para siempre
se desvanecerá.
6.09.2016
La forma más poderosa del deseo es la que no hace creer que lo que imaginamos es real.

Asuntos de fe


Me parece increible que haya gente que crea que la vida se trata de lo que ellos creen que se trata la vida...