Thursday, July 31, 2008

Un hombre se hace en silencio

Desperté y todo era horizonte.
Estoy muerto
sin embargo recuerdo mi sueño.

Desde antes de nacer
ya era una fuerza,
un deseo de vida,
un alma cercana.

Brillé en el lecho de un río.
Fuí el oro que se hizo pan
y locura sin fatiga.
Dancé en los trigales
barridos en desorden
por el viento del verano.
Fuí un bastón tallado
luego de una siesta
bajo un manzano fragante.

En el fuego de la fragua,
en el furioso martilleo
sobre el yunque
forjé los metales.

Escurrí como lluvia
por entre el musgo de las tejas
y los muros de adobes.
Arrasé hecho granizo
con los aromos en flor.

Amaba estilar lentamente
de los remos a una laguna calma
o deslizarme al alba
en las gotas de rocío,
hoja por hoja,
pétalo por pétalo
en bosques y pastizales.

Nadé intensamente en el mar,
azotando sin piedad los roqueríos,
haciendo girar las algas
en el vaivén de la espuma.
Una potencia constante.
Una inmensidad a veces bella,
a veces terrible.

Me contuvo un rácimo de uvas mágicas
que emborrachó a todos los dioses.
Cada grano un universo,
una idea, el amor, caos y tiempo,
misterio, miedo y alucinación.

Un haz de luz en las catedrales.
Un haz de luz en los calabozos.
Un haz de luz en los bosques.
Un rayo en la mirada del jaguar.

Jugué al infinito y al extravío
entre las estrellas y los números.

Un error de tipografía,
una burbuja en el cristal,
una falsa puntada en el telar,
una broma que acabó en tragedia,
un desencuentro y una partida indeseada.
Castigos gratuitos y tareas no hechas.

Fui la desobediencia
y el asomo de verdad en la mentira.
Una máscara en la comedia humana,
la sonrisa que se refleja
en el puñal del traidor
como un beso rutinario.

Fui todo lo que se olvida
de pesadillas y sueños.
La clave que abriría
todas las puertas,
el rostro del asesino,
el poema perfecto
que la memoria irónica
y dolorosamente oculta.

Algo faltaba.
Había fondo y forma.
El sol parecía real
pero no había palabra
que me designara.

Siendo colmillo,edificio,
música, abrazo y galaxia;
todo lo imaginado
y la palpitante historia,
poco significaba sin nacer.

Yo alma
joya alabada y exenta de sacrificio,
ni reí ni lloré.
Me hice hombre en silencio.

Aún recuerdo el sueño.
Estoy vivo.
Esa es la única verdad.


lastarria
31.07.08

a germán segundo, a elsa berta aurora, a bruno, a los que viven por dentro.

Tuesday, July 29, 2008

Quise querer


"El árbol del amor" Delicadeza de Roxana Figueroa.


Quise amar sin saber
que es amor.
Quise ser feliz.
Quise dioses y razones,
un sentido.
Quise explicar la totalidad.
Quise ser alguien,
quise hacer algo.
Luego quise ser otro
y no hacer nada.

Quise palabras y me sumergí
en las frías letras de los libros.
Buceando en mares de lágrimas,
azotado por las olas
en las rocas de la locura.
La humildad me hizo leve
y no pude alcanzar lo profundo.
El lastre de la soberbia
me impedía emerger.
Atrapado entre dos aguas
teniendo por tesoros al hastío
y algunos versos de coral.

Quise una nave y viajar
a la deriva, mar adentro
por el conocimiento
hasta naufragar en la sabiduría.

Quise libertad y vida.
Sobredosis de hazañas y fenómenos.
Quise el bien y el mal.
Los quise opuestos,
los quise complementarios
los quise idénticos.
Luego quise espíritu.
Quise verdad.
Quise absoluto y tiempo.

Quise magia y brujería,
hechizos y visiones
que me liberaran
del orden de las cosas.

Quise caos, poder y revolución.
Quise santidad y una espada.
Quise sin miedo
Quise sin tristeza
Quise un corazón en llamas
y el ímpetu y la fuerza voluptuosa
que empuja a los ríos y atraviesa
desde la semilla, la tierra
hasta los altos tallos de los árboles.

Quise luz y sombra.
Quise distancia y ternura.
Quise el sol arrebolado entre las nubes
y el silencio y la paz
de las altas cumbres.
Quise desfiladeros, acarreos de piedra,
nevazones, tormentas y aludes.

Quise el desierto y una luna gigante,
miles de astros descolgados al paisaje
y todo el cielo brillando
en su destrucción sutil.
Quise el vuelo de ciertas
aves solitarias y espléndidas.
Quise un templo desafiando
la gravedad en un acantilado,
una choza montada en palafitos
en medio de una laguna florida de lotos.

Quise la belleza
de una música nostálgica
mientras caminaba fumando por
las húmedas calles del alba
en una ciudad extranjera.

Quise beber todas las gotas de rocío.
Quise la barbarie
y la naturaleza salvaje de las bestias.
Quise crueldad y venganza
en todos los idiomas de la tierra.
Quise la soledad ebria
de un hotel decadente.
Quise sexo y furia y daño.
Quise que todo fuera una película,
una vieja fotografía
una obra de arte.


Quise el goce y no más dolor.
Quise morir.
Ya no quise más.
Y el deseo era inmortal.

Quise un epitafio
que contuviese las ideas,
la materia y la energía de este
universo y los por venir.

Quise un cenotafio
esculpido en vanidad e incrustado
en nácar, piedras y metales preciosos,
un monumento que sin contener
mi cadáver
recordara mi muerte.

Quise trascender y sobrevivirme.

Entonces escribí
y el hambre del poema
lo devoró todo.



lastarria
29.07.08

a carla figueroa pozo en su cumpleaños, a los que quisieron y a los que sufren por no haber querido

Thursday, July 17, 2008

Hacia donde huye el poema?

Fui tras el poema
sin saber hacia donde había huído.
Fui con provisiones
y herramientas de inteligencia.
Acorazado en palabras y redes de caza.
Una ametralladora cargada
de emociones explosivas y verdaderas.
La experiencia afilada y con
su punta envenenada y borracha
por todas las drogas y licores.
Iba por la naturaleza con el
paso sigiloso de los cazadores.
Transido de ansias y poder.
Vivo, un guerrero.
Hallé sus huellas.
Alguna vez pasó por allí.
El olfato me llevó hacia
una gruta apenas iluminada.
En sus paredes
como en el arquetipo de una caverna
vi extraños símbolos
pintados con sangre, descubrí
en ellos la historia familiar.
Al fondo de la gruta
un dibujo reciente de
una pareja. Eran mis padres.
Debía cavar a través de ellos.

Rompí, molí, piqué la roca
de la ciencia y el conocimiento.
Perforé y modelé un pasadizo
que me hiciera atravesar sin sucumbir
la oscuridad del amor y la renuncia.
Sentí la fiebre,el arrebato,
la sed saciada en lágrimas,
veía la huella del poema,
una estela de navegación
en la inmensidad del vacío.

Los dientes y las uñas heridas,
la carne fatigada y flagelada
por la desesperanza sin embargo
sin embargo y a pesar de las batallas
a pesar del tiempo, el error y los sueños
que bifurcaban y multiplicaban
el destino hasta opciones imposibles;
el poema estaba allí y no podía
asirlo, oía su música
sinfonía para instrumentos de sufrir,
el llanto solitario
de lo que está naciendo
y que siendo, es en el porvenir.

Rendido, cedí a la tregua.Fin
de la persecución. Dormí.
Al despertar estaba nuevamente
en el punto de partida.
Desapareció el ansia
y la palpitación frenética de la vida.
No había deseo ni locura ni peligro.

Fui por el sendero
ya hollado por mis pasos.
Fui a una rutina sin padecimiento.
Todo era igual.
Al llegar al túnel que cavé,
vi una construcción sólida
vi orden
vi una obra de planificada ingeniería
estructurada con vigas y pilares
hechos de libros, dioses y
cadáveres de mujeres.
La argamasa que unificaba todo
eran verdades y mentiras.
Todo era olor denso
a sexo antiguo y papeles amarillentos.
Las falsas compuertas y rutas
que antes cavé poseído del caos
formando un laberinto,
una máscara y una trampa
habían cicatrizado.
La ruta era única.
Avancé y vi un final,
acaso un principio.
El túnel desembocaba en mi alma.

Asomado desde la boca del túnel
sobre el pasillo de una represa
vi despeñarse la cascada de energía
el rio de todas las almas que
confluyendo me formaron.
Contemplé el poema.
La oquedad brutal y salvaje,
el aullido de lo innombrable.
Savia de la inmensidad informe.
Un cataclismo invisible y sin muerte.
Belleza sin contensión sin pasión sin fondo.
Sólo cantos y danzas en silencio.
Nada.


17.07.08
lastarria

a malvina del carmen, a enzo rodrigo, a los que no morirán.

Tuesday, July 15, 2008

Adiós a las palabras

Le pedí que me dijera una palabra antes de marcharse, algo que pudiese ser un punto de partida, algo que permitiese entender o desanudar ese instante.
El me miró con comprensión y tal vez con cierta gratitud por la petición vincular, por la confianza de otorgarle la piedra primera del edificio en que se transformaría la realidad de allí en adelante. Sin ningún atisbo de humor o ironía pronunció la palabra: Adiós.

lastarria 14.07.08

Silencio

Silencio tras la batalla
Silencio tras la tormenta
Silencio tras la muerte
Silencio tras el amor
Eternidad en silencio

Choques de espadas
metralla y estallidos

Ventarrones
cascadas despeñadas
en la algarabía de la jungla

Cataclismos
catástrofes
alaridos
estertores
quejidos

Los cuerpos deslizándose
lentamente
bañados en lujuriosa fatiga

Instantes
tiempo desvanecido
vacío que añora trascender


lastarria 15.06.07